El reto de la Empresa Industrial Vasca

Fuente: BPC

La economía vasca se reactiva empujada por un sector industrial que quiere competir en la nueva revolución 4.0 con fábricas muy automatizadas siguiendo los pasos de países como Alemania que lleva ya un camino recorrido en este sentido.

Para la patronal vasca Confebask la cooperación y las alianzas puedan ser semilla de futuras integraciones, ya que la mayor parte de los empresarios tienen claro que la hoja de ruta debe centrarse en crecer, bien de forma natural o a través de procesos de adquisición y fusión para ganar cuota de mercado, reducir costes y acceder a nuevos mercados o tecnologías (*).

Por otro lado los peligros de crecimiento en un entorno de salarios elevados y de tradición en los sindicatos son viejos conocidos y han llevado a muchas empresas al cierre, son por tanto tan necesarias las medidas iniciadas en la última reforma laboral, su mantenimiento e impulso son la base de la recuperación para volver a ocupar los puestos de liderazgo industrial de Euskadi.

El sector industrial vasco, mayoritariamente formado por empresas de menos de 50 empleados (**), ha conseguido mantenerse y consolidarse durante la crisis gracias a las mejoras de productividad.

La mediana empresa de sectores como automoción, aeronáutica, máquina-herramienta o energía se está mov150813_MAN_whanwhanai_Blogiendo y arrastrando con ella a las más pequeñas en forma de trabajos subcontratados gracias a su mayor flexibilidad y menores costes (debido a que sus empleados son temporales o no tienen unos sueldos adquiridos muy elevados) sin tener que ganar un tamaño mayor de lo estrictamente necesario en una época de crecimiento sin consolidar.

La economía del tejido industrial funciona en este marco de micro subcontratación de nuevos pedidos pero parece que desplaza a la industria vasca hacia la perdida de  liderazgo tecnológico, competitividad y márgenes.

La alta cualificación de la mano de obra y la dirección hacia el asentamiento a nivel de proveedor principal mejora la saturación de las fábricas y su viabilidad pero reduce los márgenes necesitando por ello que sus compañías ganen tamaño y sigan reduciendo unos costes laborales que en algunos casos doblan la media de la competencia en otras zonas del país.

Además, en Euskadi predomina un perfil de directivo muy técnico en compañías con accionariado familiar (***) y enfocado en el nicho productivo en el que opera, pero con una visión más reducida de la gestión estratégica.  Estos escollos son especialmente intensos en las compañías con accionariado familiar, por lo que es preciso un trabajo de concienciación de las oportunidades que generan las fusiones.

El modelo productivo del automóvil ya tiene su receta, pocas y grandes marcas que solo son diseñadores y montadores finales apoyados por un tejido industrial de proveedores cercanos muy integrados y dependientes en algún caso pero no fusionados. En resumen, el modelo actual de microempresas va por buen camino, le falta acercarse e integrarse más pero no fusionarse para evitar los escollos sociales que tienen las grandes empresas.

La alta cualificación de la mano de obra y la inversión realizada ya amortizada años atrás son factores a favor del tejido empresarial de Euskadi.

*El tejido empresarial vasco tiene una gran tradición exportadora que desde hace décadas se completa con el continuo despliegue de plantas productivas. En 2014, las ventas en el exterior alcanzaron récords lideradas por bienes de equipo, semimanufacturas (hierro, acero y neumáticos) y productos energéticos. Este peso internacional se conjuga con la amplia implantación exterior de empresas vascas de calado como Iberdrola, Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), CIE Automotive, Gamesa, ITP o Ingeteam.

* *La realidad es que el 98,8% de las empresas cuenta, de hecho, con menos de 50 empleados y un tamaño medio de cinco, (en el caso de la industria manufacturera, de 15). Disponemos, por otra parte, de más microempresas (93,4%) que la media europea (92,6%) y, sobre todo, que Alemania (82,3%), un país que, por su parecida estructura económica, es para nosotros en esto referente.

***Los expertos destacan el miedo a perder el control de la empresa familiar y la falta de voluntad para compartir la dirección.